Tenrikyo Europe Centre
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Toyoko IWAKIRI
Acabamos de celebrar juntos y con alegría el Servicio Mensual del mes de noviembre, y les estoy agradecida.
Me pidieron hacer hoy un breve discurso después del Servicio. Desde ya, gracias por su atención.
Hace 23 años que llegué a Francia con mi marido y mis dos hijos. Durante 23 años mi marido se desempeñó como Director Gerente de la Asociación Cultural de Tenri. Este año, en el mes de mayo, acabó su cargo y regresó a Tenri para trabajar en la dirección de Misiones Extranjeras de Tenrikyo. Pienso que hubiera sido natural que regresara a Japón con mi marido, pero curiosamente, sigo viviendo en Francia.
Por qué he dicho «curiosamente»? porque hace 23 años cuando mi esposo me anunció que lo iban a mandar a Francia, tuve un largo rato de indecisión antes de aceptar la idea de vivir tan lejos en el extranjero. Para ser totalmente franca con ustedes, no quería en absoluto venir a Francia. Pienso que hoy día, las amas de casa que tienen todavía niños pequeños podrán entender mi aprensión.
Observando que seguía indecisa, el señor Hatabayashi, nuestro guía espiritual en este camino de fe y también jefe de la Gran Iglesia de Chuuki me citó.
Me dijo «el señor Morii, jefe de la sección Europa y el señor Kontani jefe de la sección 'rica, desean que Koichi, tu marido, vuelva a Francia. Esto es algo gratificante, si no estás de acuerdo, es posible que tu marido tenga que dimitir a su cargo. Qué piensas de todo esto?». Mi marido había sido destinado a la dirección de Misiones Extranjeras de Tenrikyo para propagar este camino de fe en el extranjero. Yo no podía obligarle a dimitir a su cargo.
El señor Hatabayashi añadió: «Koichi trabaja cada día para el servicio de Dios nuestro Padre…. ¿Pero tú, que haces? estás desperdiciando todo tu «Toku», tu virtud...»
Oyendo estas palabras (entonces estaba embarazada de mi segundo hijo) pensé, «sea cual sea el lugar, lo que deseo es que toda la familia pueda vivir con buena salud y alegría» Así fue como llegué a decidirme a vivir en Francia.
De modo que reflexioné mucho y fortalecí mi determinación antes de venir a Francia. Sin embargo, la vida en Francia no fue fácil. Mi esposo regresaba todos los días muy tarde a casa, y yo sentía mucho cansancio y estrés criando a mis hijos. A los dos años caí enferma.
Pienso que hay dos tipos de reacción cuando uno empieza a estar enfermo. Hay personas que van enseguida al hospital, y otras que esperan hasta el último momento. Yo soy la típica persona que espera hasta el último momento. Después días de sufrimiento y de angustia fui por fin al hospital.
Se decidió la fecha de mi operación. Mi madre me dio ánimo diciendo «una lesión del útero, no es realmente una enfermedad, no tienes por qué preocuparte».
El señor Hatabayashi me llamó desde Japón para decirme «ten la seguridad de que vamos a rezar por ti frente al Kanrodai, no tienes por qué preocuparte». El señor Shinomori, padre espiritual y jefe de la dirección de Misiones Extranjeras de esa época, me mandó una carta en la cual había escrito un verso del Ofudesaki:
Este universo es el cuerpo de Dios.
Reflexionadlo paso a paso en todos los asuntos. III 40-135
Cuando lo leí, todo lo que me atormentaba y me angustiaba desapareció, todo lo que me parecía turbio se aclaró, como si la bruma desapareciera en torno a mí. «¡Ah! Entonces, esto era». De la manera más simple, las palabras del Ofudesaki se hicieron realidad en lo más profundo de mi alma.
Hasta entonces, siempre me decía que Japón estaba muy lejos y que no podía regresar fácilmente.
Sin embargo, para Oyagami -Dios Padre-Madre-, Japón y Francia están muy cerca, están en el interior del mismo «cuerpo de Dios». Me di cuenta una vez más que sea cual sea el lugar o el país, vivía en el cuerpo de Dios.
Entonces, comprendí realmente que esta enfermedad era un mensaje de Dios Padre-Madre para hacer que yo, de naturaleza angustiada acerca del futuro, pudiera sentir la protección de Dios, que no cambia cualquiera que sea el lugar en donde vivo.
El señor Kamada y numerosas personas del Centro Europeo de Tenrikyo rezaron por mí, y en una semana, pude recibir la protección total de Dios y salir del hospital para regresar a mi casa.
El Ofudesaki se compone de 17 Capítulos.
Particularmente el que he citado un poco antes está repetido dos veces, «Este universo es el cuerpo de Dios. Reflexionadlo paso a paso en todos los asuntos». Es el único que se repite dos veces. ¿Qué significa esto? Claro que para nosotros el Mikagura-uta, el Osashizu y el Ofudesaki son enseñanzas fundamentales. Pero en relación al Ofudesaki, Oyasama escribió:
Aunque he revelado hasta ahora todas las cosas con palabras, os habéis olvidado de ellas, por eso las he dejado trazadas con la punta de mi pluma.
Osashizu, 23 de agosto de 1904
Podemos entonces entender que, en el Ofudesaki, encontramos toda la enseñanza de Tenrikyo.
Voy a leer los comentarios: «Todo lo que existe en este mundo fue creado por Oyagami, y todo el universo es el cuerpo de Dios. El hombre no vive por sus propias fuerzas. Tomamos en préstamo de Dios lo que El creó, y vivimos entre el cielo y la tierra creados por Oyagami, en este mundo que es su cuerpo, gracias a su protección divina.»
Bueno, voy a cambiar un poco de tema. Ya os hablé de las palabras del señor Hatabayashi, nuestro jefe de iglesia acerca del Toku, la virtud. ¿Pero, qué es el Toku ?
Oímos muchas veces decir «esta persona tiene Toku» o «no tiene Toku». Ser rico, vivir en una casa grande, gozar de buena salud, todo esto representa una forma de toku. Sin embargo, aun si no tenemos dinero, o si no vivimos en una casa grande, no se puede decir que no tenemos toku. Cualquiera que sea la situación en la que nos encontramos,¿podemos alegrarnos? Aquí está el punto importante.
También hay toku que se ve y toku que no se ve.
El consejo del Kaicho-sama era en realidad que tomara una decisión que me permitiera acumular toku invisible.
Vamos a ver, ¿cómo podemos acumular nuestro toku?
De las Anécdotas de Oyasama, os voy a presentar la número 144, «Razón que se comunica con el cielo»:
Desde el día 24 de marzo hasta el 5 de abril del año 1884, Oyasama fue recluida en la cárcel de Nara y en esa ocasión, Chuzaburo Koda también fue detenido en la misma prisión durante diez días. Durante este tiempo le ordenaron en la cárcel que limpiara el retrete. Terminada la limpieza, volvía ante Oyasama. Una vez Ella le preguntó: «Koda, ¿cómo te sientes al ser traído a un lugar como éste y obligado a hacer la limpieza del excusado sucio?» «Si es para el servicio a Dios, me siento agradecido y satisfecho de cualquier cosa.» Así le respondió Koda. Entonces Oyasama le explicó:» «Así es. Por más penoso y desagradable que sea el trabajo, si se hace con alegría y satisfacción, será la razón que se comunica con el cielo. Dios, aceptando la sinceridad, la convertirá en virtud. De igual manera, si se hace un trabajo difícil lamentándose, la razón que llegue al cielo se convertirá en quejas e insatisfacción.»
Nosotros quienes escuchamos la enseñanza de Dios Padre-Madre y de Oyasama, tenemos que hacer que nuestro comportamiento y nuestros actos lleguen al cielo.
Para acabar, deseo agradecer a Oyagamisama y Oyasama por haber permitido a nuestra familia vivir todos juntos en Francia con buena salud y transformando los grandes problemas en pequeños y los pequeños en nada, durante los últimos 23 años. Quisiera también agradeceros a todos por vuestra presencia y vuestra ayuda, y por haber podido celebrar todos juntos el Servicio Sagrado del mes de noviembre. Les agradezco su atención.